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Principales lesiones de pie y tobillo en la danza

Young Woman with Ankle Injury. Model Released

Las personas que bailan por afición o aquellas que lo hacen como una forma de ejercitarse saben que las ampollas y las callosidades son algo muy frecuente. Si usted practica ballet o danza moderna, conozca cuáles son las lesiones más frecuentes y aprenda a reconocerlas.

Hay muchos tipos de bailes y danzas. En pareja o solos, con calzado o si él, de brincos y saltos como en la danza moderna, o aquellas que adoptan posturas anti gravitatorias como en el ballet clásico.

Pero a manera general se puede decir que los miembros inferiores son los más afectados, es decir cadera, rodilla, tobillos, dedos y la planta del pie. Sin embargo, también pueden verse afectados los músculos lumbares, o bien puede haber pinzamientos nerviosos en el área del cuello. Obviamente, el tipo de lesión va a depender del tipo de baile.
Pueden afectarse las articulaciones (antes mencionadas), los tejidos blandos (vainas tendinosas, ligamentos, fascias, bursas, tendones, panículos adiposos, etc.) y la piel. Si se habla de lesiones en piel, las bailarinas son unas expertas en aguantar los pies en carne viva debido al uso de las puntas de ballet.
Se identifican como principales causas de lesión la falta de calentamiento, el trauma repetitivo, posiciones extremas, factores ambientales como el calzado (zapatillas), el piso o el área de entrenamiento y el frío.

Callos, ampollas y deformidades en los dedos
Un callo es un engrosamiento de la parte externa de la piel, que se forma como medida de protección ante un estímulo constante. Un ejemplo típico es el de las personas que pasan todo el día de pie, se les hacen callos en la planta justo debajo de donde empiezan los dedos, en la parte a la que los corredores le dicen la “bola del pie”. Las personas que practica la danza moderna (también se le conoce como moderno, neo danza o danza contemporánea) usualmente tienen callos en esa parte y también en el talón. Lo ideal es limarlos con una piedra pómez o con una lima para pies y nunca cortarlos con una navajilla o con tijeras, pues esa piel tiende a sangrar mucho y es muy doloroso, además que se corre el riesgo de una infección. Tener callos no es del todo malo o por falta de cuidado.

Lo importante es saber cuidarlos para evitar que se resquebraje la piel por sequedad y falta de cuidado. Se pueden “hidratar” con cremas para pies, pero después de que estos han sido limados.
Las ampollas se producen por un roce entre la piel y el calzado, o bien, entre la media y la piel pero porque la media roza el interior del calzado. Usualmente los bailarines las previenen usando protectores. No es recomendable usar curitas, salvo que sean muy anchas y de buena calidad para que no se despeguen con facilidad debido al roce o al sudor. Si por si acaso se forma una o varias, no las estalle. Manténgalas secas y protegidas. Puede colocar gasa estéril y luego coloque una venda ancha.

Tendinitis Aquilea
Otro padecimiento frecuente en los bailarines es la tendinitis Aquilea. El tendón de Aquiles es fundamental durante el trabajo en media punta y punta. Generalmente se manifiesta con dolor sobre el tendón o en su inserción en el talón durante o después de una clase de danza o función.
Su causas pueden ser variadas: Sobre estiramiento, falta natural de flexibilidad en los músculos, bailar en superficies dura o inclinadas, zapatillas apretada, el uso de cinta que presionen excesivamente, colocación del peso atrás y dedos encorvados, relevé con dedos encorvados apoyándose en los nudillos, descenso del arco anterior y pie pronado.

¿Qué hacer?
Es importante y necesario que visite un médico ortopedista, preferiblemente que se dedique al área deportiva. Además, en cualquier tipo de danza o baile la fisioterapia puede hacer sus aportes en el tratamiento de lesiones, pero más importante aún, en la prevención de las mismas. El manejo del dolor es importante tratarlo, no sólo para aliviar, sino para poder continuar con un programa de terapia tras la lesión, y así reinsertar al bailarín o bailarina lo más pronto posible a su actividad dancística. Por último, recuerde que cada lesión es diferente, y el tiempo de rehabilitación varía de una persona a otra. Lo cierto es que cuanto más rápido inicie su programa de terapia, menos riesgo tiene que esta lesión se haga crónica o recidivante.

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Por  Martha Lara H. / martalarah@yahoo.com.mx

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