Me gusta lo conciso y lo preciso.
Lo chido, coqueto y discutido.
Como veo doy, y si no veo también doy.
¡Así que ahí les voy!
Nací en México, es mi país, mi patria, mi sueño y mi todo.
Lo quiero, lo respeto y lo venero por sus tradiciones y costumbres.
Por su folklor, su historia y su comida.
Por la belleza de sus paisajes y sus leyendas.
Por su gente de antes que era valiente y arrojada.
Revolucionaria y luchona por sus derechos.
Por aquellos hombres que lograron nuestra independencia y libertad.
Por eso quiero a México, por su pasado.
Sin embargo, hoy en día se vive subyugado, temeroso y secuestrado.
Conquistado por nuestros propios políticos ambiciosos y ladrones.
Con sus nefastas y corruptas instituciones.
Y que entre todos ellos han saqueado y hambreado al país cruelmente de manera sanguinaria, sin moral ni principios humanitarios.
Ahora quiero a México, pero decepcionado al ver la ignorancia y dejadez de mexicanos que teniendo su vida acomodadita, entre comillas no ven o no quieren ver la vergüenza que México proyecta al mundo.
Provocada por los políticos que a través del tiempo empobrecieron al país, acentuándo más la desigualdad social, económica y racial.
Con sus conocidos robos, desfalcos y negocios multimillonarios.
Que jamás han sido castigados por la inmunidad que sus cargos les otorgan.
¿Cómo se mantiene un país con más de 50 millones de gente en pobreza extrema?
Mismo que significa casi la mitad de todo Mèxico.
O, ¿será cierto que tú, mexicano ignorante y mediocre, no lo notas?
O, ¿acaso eres de esos mexicanos imita monos acomodadito de cuarta?
Que nada te lastima, ni protestas, ni exiges, ni te metes en nada por cobarde…
O por comodino y porque te acostumbraste a aceptar lo que sea.
Aunque a la larga y al parejo esos vivales sin corazóny sin entrañas
nos estén fregando despacito y sutilmente.
Vive en esa esclavitud por tu propia gente, si quieres.
Pero ten la decencia de respetar a quienes si protestan por un país mejor.
Por la gente en desgracia, y de origen, por ti y por tu familia.
Y por todos los miedosos como tú, que se esconden bajo las enaguas de: ¡LA COBARDÍA!
¡México, quiero creer en ti!
Por Calígula Schumarshinguentsen
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