
Como nunca antes en los últimos 30 años, tenemos un desplome institucional que ha llegado a niveles ínfimos, no vistos.
Las políticas oficiales de seguridad pública, procuración y administración de justicia, educación, cultura, oportunidades de empleo, desarrollo social; esto ha condicionado un incremento en los niveles de violencia que se vive en todo el país, lamentablemente un total desastre y vamos para más.
Los niños pequeños de padres asesinados a lo largo y ancho del país, sin ninguna esperanza de una averiguación judicial en forma, de los millones de desempleados que optan por el camino sangriento del crimen organizado, de las parejas obligadas por las circunstancias a desatender a sus pequeños, de los miles de enfermos golpeadores que son producto de nuestro salvaje sistema vigente, de la IMPUNIDAD Y CORRUPCIÓN que facilitan esa violencia, cuya permanencia por generaciones está garantizada en estos niños y adolescentes de hoy.
Los miles de casos que suceden en todo el país, con una tendencia creciente divulgada por los medios de comunicación, LA VIOLENCIA CRECIENTE en escuelas, en las ciudades del país y comunidades, y LA DESIGUALDAD que se incrementa, que no puede ser sana, ni generar una convivencia armónica una sociedad que permite la diferencia descomunal entre quienes poco o nada tienen y los que mucho y en exceso llegan a acumular.
La socio-patología de la VIOLENCIA engendrada en nuestro país nos habla de una franca descomposición social, condicionada por una crisis y falta de valores que a lo largo de estos últimos 30 años se perdió el rumbo del país, y ese es el futuro que nos condicionan las élites que ostentan el poder político y económico del país, UN AUTÉNTICO DESASTRE.
La violencia llegó para quedarse, ante la falta de oportunidades para el desarrollo integral de una familia, en educación, empleo y, sobre todo, la atención a los jóvenes, las oportunidades, la cultura, el entretenimiento y el deporte; como vemos, poco se realiza para atacar dicho problema, un auténtico polvorín.
LA POBREZA DE LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN, EL DESEMPLEO Y LA FALTA DE VALORES FUNDAMENTALES COMO LA SOLIDARIDAD, LA HONESTIDAD Y LA LEALTAD, ASÍ COMO LA PERSISTENCIA DE CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD, CONDICIONARÁ VIOLENCIA… UN TRISTE FUTURO PARA EL PAÍS.
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