Por Génesis Guinto Sotelo
En la actualidad, la comunidad mundial nos encontramos en un momento de transición entre los diversos cambios que están ocurriendo, mientras vemos pasar frente a nuestros ojos cada minuto de nuestra existencia, que claramente y sin poder hacer nada en contra de ello, no volverá jamás.
Salimos a la calle o bien desde el interior de nuestra casa, somos testigos de lo que reina los encabezados de los periódicos, o son noticia importante en los noticieros, los cuales, citando a Facundo Cabral, » Nos envenenan desde la mañana y desde el helicóptero» y es que, cuantas veces nos hemos despertado con alguna noticia como: Los niños de Somalia ya no deberán preocuparse por alimento, puesto que han logrado conseguir tener alimento para el resto de sus vidas, o bien, Los israelitas por fin se sentaron a compartir alimento con los palestinos, que aunque sea un presagio bíblico, no deja de preocuparnos el hecho de que vivan en una guerra constante y que a primera vista no se le ve fin; O bien alguna noticia que nos diga que por fin los mexicanos podremos salir a la calle sin temor…
Y es que, entre noticias como Huracanes, Tormentas de nieve, Sequías, Tsunamis, o Sismos, Falta de agua o grandes incendios, o bien aquellas profecías que a interpretación de los actuales difunden el miedo diciendo que pronto se acabará el mundo, le anexamos a las grandes catástrofes naturales todas aquellas desgracias de las cuales somos los principales arquitectos y ejecutores; Ese enorme miedo que radica en nosotros al saber que en cualquier momento podemos ser víctimas de las circunstancias y estar en un lugar equivocado, en el momento justo o bien simplemente ser víctimas del Alzheimer y hacer como si nunca escuchamos nada.
En medio de miles y miles de datos que lo único que harán es deprimirnos, nos despertamos todos los días, con la enorme esperanza de que mañana sea diferente, pero sin la mínima intención de hacerlo nosotros mismos diferente. Nos preocupamos en el que haremos mañana, que daremos de regalo a nuestros amigos en su cumpleaños el cual falta todo un semestre, o bien como nos veremos en 5 o 10 años próximos, sin darnos cuenta que hoy es el presente que imaginamos 1, 2, 3 o hasta 10 años atrás. Las sonrisas no nos las cobran! Por aquellos que se la pasan pensando en no gastar lo poco o mucho que se tiene. La vida es un instante que puede desaparecer en cualquier momento. Total al final de todo, el sol seguirá saliendo por el oriente y ocultándose por el poniente. Los momentos de felicidad no solo son aquellos en los cuales compramos un nuevo coche, tenemos un nuevo departamento, conseguimos una nueva novia, etc, la felicidad se esconde en las sonrisas que somos capaces de regalarle a nuestra alma cada día.
Aprendamos a regalarnos a nosotros mismos el futuro que somos capaces de soñar, con el presente que somos capaces de construir.
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