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Cine de TERROR y HORROR

Por Alejandra Testa

Año con año en el mes de noviembre suelen aparecer en las carteleras de los cines  propuestas de películas que provocan sensaciones de miedo en nosotros los espectadores. Muchos somos los aficionados de este género, que desde mi perspectiva es de los más criticados. Varios de los comentarios escuchados pueden ser el exceso de sangre, las figuras monstruosas de las cuales no se tiene el menor conocimiento del por qué están ahí, el uso exagerado del recurso violento… la lista es larga.  Ahora la reflexión estaría en si somos realmente justos con este tipo de obras, o es que solemos rechazarlas por su propia naturaleza. ¿Qué sería una película de horror sin situaciones sobrenaturales? o ¿qué sería una película de terror sin  el asesino en serie?  Es como intentar ver una comedia romántica sin amor; simplemente no tendría ningún sentido.  Lo idóneo entonces sería que al entrar en una sala de cine nos introduzcamos completamente al mundo diegético, es decir, que nos olvidemos de los chismes alrededor del actor y pensemos en el asesino que estamos viendo acechar, que nos olvidemos de lo sombrío que luce California bajo esos insípidos reflectores que provocan un ambiente oscuro y que nos adentremos en el pueblo natal del malvado enemigo que sigue a la bella dama.  La difícil tarea aquí es lo complicado que puede llegar a ser el permitir que los miedos se apoderen de nuestro ser, es más fácil permitir la entrada a una película de acción, erótica o animada, que permitir aceptarnos vulnerables. Con este frío panorama, regularmente al terror y al horror los mata el miedo mismo.
Este texto está dedicado a la otra parte, a la que disfruta del género o pretende adentrarse más al lado tenebroso; para esto sería conveniente que conozcamos la diferencia entre los films de Terror y Horror. El primero nos da una explicación racional del objeto del miedo, esto significa que conocemos su origen.  Por ejemplo un asesino serial es un humano, un zombi es el producto de un virus, por lo tanto es un error del hombre y dentro de la diégesis es claramente justificado como ciencia; un tiburón es un animal del cual sabemos de su existencia, por lo tanto estamos hablando de terror.  En cambio el horror está basado en el mundo sobrenatural del que no encontramos explicación.  Un vampiro es un ejemplo, el diablo también pues no es del conocimiento general la aceptación de su existencia ya que no existen pruebas, al igual que los fantasmas. Muchos comentan haberlos visto pero no hay evidencias claras y creíbles que avalen su existencia.  Es del conocimiento y aceptación general que existe la ciencia. Es real que existen los animales pero es cuestión de opiniones el que exista un espectro diabólico. Así es como podemos diferenciarlos, aunque el horror muchas veces es víctima de polémica precisamente por las opiniones personales que se tornan alrededor de él; por eso intentemos no confundirlos.
En cuanto a la estructura clásica ocupada para la realización de una película de miedo tenemos cinco pasos:
El anclaje con el pasado, el cruce del portal o trasgresión de la normalidad, el ambiente sobrenatural, la curva ascendente de tensión y el final sorprendente. Esta base puede ser ocupada en cualquier subgénero, ya sea suspenso, misterio, gore, slasher, splatter, etc.  Adquiramos más información y recordemos que de ahora en adelante, ya podremos desmembrar nuestra próxima película.

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